Desde su niñez, Víctor ha tenido la certeza de que el agua es indispensable para “sobrevivir”, aun cuando no entendía por qué el agua que consumía lo enfermaba con dolores de estómago, diarreas y fiebres constantes.
Para él “era normal porque todos los niños en la comunidad pasaban por lo mismo”. Víctor y su familia iban cada tres días a la quebrada o al río de su comunidad para abastecerse de agua. Esta era la actividad en la que ningún miembro del hogar podía faltar porque cada uno tenía la responsabilidad de llenar y cargar un recipiente. Él cargaba dos botellas de tres litros de agua y sentía temor de que él o algún miembro de su familia se cayera a la quebrada.
Víctor tiene 13 años. Es el menor de tres hermanos y vive junto a sus padres en una comunidad rural de Nandaime, en el Pacífico de Nicaragua. “Cuando llegaba el verano conocía lo que era la tristeza. La quebrada se secaba y nos tocaba ir a los pozos de otras comunidades a acarrear agua; nunca nos hicieron desprecio, pero salir de mi casa hacia otro lugar a una hora de camino era muy triste”, comparte.
Cada vez que Víctor llegaba a la quebrada o al río miraba en sus aguas “basura, botellas plásticas, pañales usados y hasta animales muertos”. Esta era el agua que él, su familia y los más de 450 habitantes de su comunidad consumían, utilizaban para cocinar y el aseo diario.
“Hace un año empezó un proyecto de World Vision para que la comunidad tuviera agua segura. No se imagina la alegría que sentí porque ya no íbamos a caminar hasta la quebrada o el río para agarrar agua y ya íbamos a tener agua limpia”, asegura.
A finales de 2019, el programa Agua Segura de World Vision Nicaragua inició en la comunidad de Víctor la construcción de un sistema de agua por bombeo eléctrico que llevaría agua de un pozo de 250 pies de profundidad a un tanque de almacenamiento con capacidad de 13 mil galones (49,210 litros).
Con la ejecución del proyecto se crearon 11 puestos comunitarios que beneficiaron al ciento por ciento de la comunidad. Cada puesto está destinado a abastecer a 10 familias para evitar que los habitantes caminen largas distancia y estén expuestos a accidentes.
“En este proyecto participamos toda la comunidad, desde los niños hasta los viejitos. ¿Es que se imagina? ¡Era agua segura! Estábamos emocionados y apoyamos para que se hiciera el proyecto”, expresa.
Empoderamiento comunitario
El proyecto también incluía la creación del Comité de Agua Potable y Saneamiento (CAPS), el cual fue capacitado en mantenimiento preventivo del sistema de agua, establecimiento de cuota por consumo y la Ley 722, “Ley Especial de Comités de Agua Potable y Saneamiento”.
Víctor acompañaba a doña Reyna, su mamá, a las capacitaciones de mantenimiento preventivo. Ella es parte del CAPS y él “sentía ganas de aprender a cuidar el tanque. Era la primera vez en mi vida que no bebía agua contaminada”, comenta.
“Al inicio tenía miedo de no ser aceptado porque era un adolescente en reuniones de adultos y de la directiva, pero desde el primer día me sentí aceptado. Don Juan Carlos, el presidente del CAPS, me felicitó y me dijo que le alegraba que estuviese involucrado en el proyecto porque somos los adolescentes que vamos a asumir las riendas en el futuro”, expresa.
Transformación comunitaria y empoderamiento juvenil
Así mismo, World Vision Nicaragua implementa la metodología Familia, Escuela y Comunidad Saludable (FECSA), la cual apunta a la transformación de hábitos higiénicos personales, familiares y comunitarios, a fin de cuidar el medio ambiente, los recursos hídricos, la prevención de enfermedades y conocer formas caseras de purificación de agua.
Víctor es parte de los brigadistas comunitarios de FECSA y disfruta mucho compartir los conocimientos que adquiere “me siento emocionado cada vez que voy a las visitas casa a casa. La mayoría de las personas nos reciben muy bien y ponen en práctica todo lo que les enseñamos. Me siento bien ayudando a que otros tengan agua segura y cuiden la comunidad”, comparte.
“FECSA me ha ayudado a valorar más nuestro sistema de agua; aprendí las formas en cómo se contaminan las aguas y me acordé de cuando bebía agua de la quebrada o el pozo, los agricultores de mi comunidad iban a lavar ahí las bombas, lo que significa, que dejaban residuos de veneno en el agua… el agua que bebíamos”, asegura.
A sus trece años Víctor es un adolescente comprometido con su comunidad, con el cuidado del medio ambiente y sus vecinos. En su forma de hablar manifiesta la propiedad de los conocimientos adquiridos y dotes de liderazgo. Para él, la admiración y orgullo que siente por su madre lo impulsan a servir a su comunidad.
World Vision Nicaragua desde octubre de 2019 y en el 2020 ha beneficiado a más de 2,900 personas en diversas comunidades del país con la creación y rehabilitación de sistemas de agua que les permitan tener acceso a agua segura para el consumo, así mismo, 2,000 personas han sido parte de la metodología FECSA.
Víctor manifiesta a que el cambio más significativo que tuvo el proyecto de Agua Segura en su vida fue la transformación de su salud, “ya no me enfermo como antes por ir beber agua de la quebrada y la felicidad que siento por ver que las personas de mi comunidad van a los puestos comunitarios por agua limpia”, finaliza
World Vision Nicaragua, a través de su programa Agua Segura, aporta a que niñas, niños, sus familias y comunidades más vulnerables del país tengan acceso al agua potable, fomenta hábitos higiénicos y el cuidado del medio ambiente.
Con tu donación podremos llevar Agua Segura a más personas como Víctor y aportar a la transformación de vida de una familia y comunidad más en estos tiempos de lucha contra el COVID-19.
3 noviembre 2020
Cuanto me gustaría ayudar, actualmente desempleada pero con muchas ganas de apoyar de otra manera en proyectos como voluntariado puedo dar mi aporte, mi granito de arena para servir a mi comunidad. Felicitaciones por esta gran labor que beneficia a muchas familias, sobre todo a los más desprotegidos que Dios les bendiga y llene cada día de ese gran.amor y Don de servicio.