Wendy, 20 años, es promotora voluntaria de la metodología FECSA y gracias a los conocimientos que ha aprendido pudo hacer un filtro que eliminara el único charco de su comunidad.
El clima fresco y sorpresivo del norte de Nicaragua hace que aun en verano algunos árboles mantengan el verdor mágico de montaña. En San Andrés, comunidad de Matagalpa, piedras de diversos tamaños y el excremento del ganado forman los caminos.
En San Andrés vive Wendy una joven de 20 años, tímida y – contradictoriamente – risueña. El café claro de sus ojos denota el deseo de crear un cambio en su vida personal, familiar y comunitaria. Wendy es promotora de la metodología Familia, Comunidad y Escuela Saludable – FECSA del programa WASH que implementa World Vision en Matagalpa.
“Con la metodología de FECSA realizo visitas a siete casas de mi comunidad y abordo seis temas que abarcan la higiene personal y el saneamiento ambiental. En la visita a cada familia se hace una plática sencilla para conocer a los miembros de la familia y así tener confianza a la hora de compartirles los cambios que se necesitan hacer. “, comenta Wendy.
Wendy sabe que para promover el cambio de conductas en las familias de su comunidad es indispensable interiorizar las enseñanzas de la metodología FECSA y sobre todo ponerlas en práctica.
“Nosotros como promotores practicamos el cambio desde nuestro hogar para así dar el ejemplo a las familias de cada casa.”, sostiene.
No fue sino hasta cuatro años atrás que los habitantes de la comunidad de San Andrés tuvieron acceso a agua potable, noticia que fue de gran bendición para las familias y también para los animales; especialmente para los cerdos, pues, se originó “El charco de la comunidad de San Andrés.”
Las mejías de Wendy se ruborizaron al mencionar el famoso Charco de San Andrés, no porque le diera pena vivir en la única comunidad donde existiera un charco, si no, porque fue su familia que lo creó con los desechos de aguas grises.
“A través de tuberías trajimos el agua del pozo, impulsada por una bomba, hasta al lavandero y como no había donde tirarla, con una manguera la tirábamos en un zanjón que está al lado de mi casa. Por eso se hizo completamente el charco, por toda el agua con la que se lavaba la ropa y los trastes.”, comenta con risa nerviosa, Wendy.
Hace tres meses el hedor que producía el charco se podía sentir en casi toda la comunidad, el viento fresco – característico de Matagalpa – daba las condiciones para que se propagara con más fuerza.
“El charco era una mezcla de agua con jabón; hedía a podrido, los chanchos venían a bañarse y hacían lodo. Lo peor de todo es que abundaban los zancudos y nos teníamos que andar tapando para que no nos picaran.”, comparte muy apenada.
Cuatro años, nada más
No pasó mucho tiempo desde que las enseñanzas de FECSA calaran la vida de Wendy. Supo desde un inicio que el charco que formaban las aguas grises de su familia no era saludable para la comunidad, mucho menos, para su imagen de promotora.
“Con la metodología de FECSA, Luis (responsable de proyecto WASH) nos enseñó cómo hacer filtros de agua e hicimos una práctica con él. Me gustó y supe que esa era la solución para eliminar el charco. Hablé con mis padres y ellos estuvieron de acuerdo en apoyarme. En la creación del filtro participó toda mi familia e incluso tuvimos que pagarle a alguien que nos ayudará a cavar el hoyo.”, comenta Wendy.
Wendy no dudó un instante en compartir sus conocimientos con su familia, pues, el charco era el único aspecto en el que fallaba su hogar al implementar la metodología FECSA. La casa de Wendy forma parte de los hogares que han asumido el compromiso de mantener la comunidad limpia.
“Hicimos el hoyo, pusimos una primera capa de piedra bolón y arriba le echamos arena para que filtrara el agua. Fue una buena idea. Probamos a ver si funcionada y sí, sí funcionó. El filtro ahí está al lado del lavandero y el charco ya no existe.”, comparte Wendy muy orgullosa.
El filtro tiene dos metros de ancho por tres metros de alto. La capa de arena fina en la parte superior del filtro permite que el agua que llega a las piedras bolón no esté contaminada. El filtro está ubicado en un pequeño jardín donde la familia de Wendy tiene plantas de Chagüite (Plátanos) lo que ayuda a que el agua limpia llegue a las raíces.
“Lo que más me llena de orgullo es que mi familia me apoyó al hacer el filtro. Como promotora me daba pena visitar las casas y evaluarlas, pues, mi familia originaba el único charco de la comunidad.”, expresa entre risas Wendy.
Ahora las personas de la comunidad San Andrés no mencionan más el charco como un punto de referencia. El charco existió por cuatro años, pero gracias a las enseñanzas de la metodología de FECSA y al ferviente compromiso de Wendy con su comunidad, el charco ha desaparecido.
La familia que originó el famoso Charco de San Andrés ahora es la familia que demuestra que los cambios son posibles cuando se tiene compromiso, consciencia social y amor a la comunidad y el medio ambiente.
“Ahora, sinceramente, me siento bien. Así estoy dando un ejemplo, para las demás familias. Así como yo tuve la iniciativa y fui la porta voz de mi casa, así ellas y ellos pueden serlo en sus hogares y todos contribuir al cambio.”, asegura con una convicción inquebrantable.
Wendy es estudiante de la Licenciatura en Ciencias de la Educación con mención en Inglés, ella sueña con ser traductora y promover el desarrollo de su comunidad. Actualmente, impulsa los métodos de higiene personal y saneamiento ambiental también desde su iglesia, pues, solicita espacio al momento de los anuncios para compartir las enseñanzas con su familia eclesiástica.