[Historia de transformación contada en primera persona]
Soy Jesbelin, una niña de 11 años de edad. Acabo de culminar el quinto grado de primaria en la escuela de mi comunidad. Vivo con mis padres y mi hermana mayor en una comunidad rural de Estelí.
El año pasado decidí participar junto a otros niños y niñas en los Clubes de Lectura que inició World Vision en la iglesia, en los cuales también participan padres y madres de familia, personas de la congregación y voluntarios.
Los voluntarios nos apoyaban en despertar el hábito lector y gracias a estas reuniones aprendí a leer más rápido, a crear historietas y cuentos infantiles.
Antes de los Clubes de Lectura no acostumbraba a leer porque tenía problemas de la vista y me dolía mucho la cabeza. Mi mamá no me ayudaba, ni teníamos buena relación. Ella no tuvo la suerte de estudiar y llegó hasta el segundo grado de primaria. A través del programa de Educación de adulto del Ministerio de Educación, fue que aprendió a leer y escribir siendo una adulta.
Transformación familiar por medio de la lectura
Desde que me integré al Club de Lectura la relación con mi mamá mejoró, porque ella me acompaña a cada una de las sesiones que se realizan. Ella se ha dado cuenta que si fortalecemos los hábitos de lectura juntas, podemos aprender con mayor facilidad. Desde entonces no faltamos a ninguna sesión.
Siento que el cambio más grande en mí, ha sido mejorar y ampliar mi vocabulario y ahora mi familia está más unida y mi mamá es más cariñosa conmigo.
A nivel de mi comunidad, siento que el cambio más grande ha sido la participación de los niños y niñas de manera activa junto con sus padres. He disfrutado mucho de la lectura comunitaria y estoy emocionada de todo lo que se ha logrado”.
Jesbelin forma parte de uno de los 125 Clubes de Lectura que se iniciaron en las iglesias para fortalecer el hábito lector en niñas y niños de las comunidades más vulnerables del país.