[Historia de transformación contada en primera persona]
“Soy Fabio, tengo 14 años, soy el mayor de tres hermanos, vivo con ellos y con mis padres, en una comunidad de Jinotega, en el norte de Nicaragua.
Yo soy un joven alegre, muy dedicado con los estudios y me gusta ayudar en la casa y aprender sobre mis derechos”. Así es como surge esta historia que tiene que ver con el trabajo infantil en épocas de cosecha de café.
“Desde temprana edad, me dediqué al trabajo de mis padres: labores agrícolas, más que todo a la corta de café. La verdad nunca pensé que esto era un trabajo, que como niño no debía hacer y para mi familia todo estaba bien; sin embargo, gracias a unas capacitaciones de World Vision esto cambió.
De repente, se me invitó a participar en un foro sobre Concientización y Prevención del Trabajo Infantil impartida por personal de World Vision donde participamos un total de 14 jóvenes de nuestro municipio”, explica Fabio. Durante ese proceso se hicieron diagnósticos con los socios y entrevistas a dueños de fincas sobre trabajo infantil.
“En estas visitas aprendimos a valorar y priorizar nuestras actividades con respecto al trabajo infantil y fue aquí que, junto a otra niña, Breydin, de 13 años, entendimos que teníamos que salir del trabajo infantil y ayudamos a identificar a siete niños que eran maltratados y que no estaban participando de sus estudios debido a que sus padres los estaban mandando a trabajar.
A partir de ese momento, nos enfocamos en nuestros estudios y nuestros padres entendieron su importancia y nos apoyaron. Así mismo, buscamos el apoyo de la maestra para que ella fuera a las visitas a otros padres y a dueños de fincas cafetaleras. También a tener conversaciones con las familias para concientizarlos sobre el maltrato que estaban recibiendo los niños al negarles el derecho a estudiar por llevarlos a trabajar.
Después de cierto tiempo, mucho esfuerzo y con la ayuda de la maestra y algunos padres de familia, logramos que los padres aceptaran que estaban cometiendo un error al negarle la oportunidad de aprender a sus hijos y los enviaron de nuevo a clases para que ellos pudieran garantizar su aprendizaje y mejorar como niños estudiantes cada día. Uno de estos niños ya está en sexto grado y a finales del 2020, será su promoción de primaria.
Al final, puedo decir que las acciones que implementamos tuvieron un impacto positivo en muchas familias, ya que a través de visitas y conversaciones logramos que los niños regresaran al salón de clases permitiendo con esto garantizar el bienestar de niños y niñas en nuestra comunidad”.
En el 2020, World Vision Nicaragua a través de su programa de protección Niñez y Adolescencia libre de Violencia, y el proyecto Puentes Educativos ejecutado en conjunto con la Cooperación Alemana y dueños de cinco fincas cafetaleras, capacitó a 207 niñas, niños, adolescentes y adultos sobre la importancia de cumplir los derechos de la niñez y adolescencia.