Autor: Oscar Chicas Oliva / Director Nacional de World Vision Nicaragua

Si preguntamos a cualquier persona su opinión sobre la importancia de la familia, nos dirá que es el fundamento de la sociedad y que familias sólidas hacen sociedades sólidas. Sin embargo, vemos que en nuestro medio y en muchas partes del mundo, está en crisis y que, si bien se reconoce su valor y aporte, en la práctica, el deterioro que sufre es de grandes proporciones.

El primer círculo de protección de la niñez debe constituirlo la familia y así lo demuestran estudios realizados en América Latina, en que el hogar se percibe como el espacio de mayor seguridad para las niñas y niños; pero, observamos con tristeza cómo en muchos casos, se vuelve uno de los más inseguros y que causa más daño, afectando no sólo el presente, sino también el futuro de la niñez.

En La Biblia encontramos la familia constituida por José, María y Jesús, en la cual, se manifiesta un modelo de unidad. Juntos en las buenas y en las malas, ya sea en el trabajo familiar o al enfrentar circunstancias adversas: crisis de reputación, de migración forzada y de violencia.

El amor es el elemento aglutinante de la familia, pues como está expresado en La Biblia en I Corintios 13: “el amor es paciente, es bondadoso, no es envidioso, ni jactancioso,  ni orgulloso. No se porta con rudeza, no es egoísta, no se enoja fácilmente, no guarda rencor, no se deleita en la maldad, sino que se regocija con la verdad. Todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta”.

Una familia que vive en un entorno amoroso, es un hogar saludable y feliz, que irradia su ternura a los que están a su alrededor, en un círculo virtuoso que se expande. Esta familia afirma a sus niñas y niños, les expresa su amor con palabras y acciones, les acompaña a soñar, a cumplir sus sueños y aspiraciones.

Sin embargo, en un hogar donde hay carencia de amor, nos encontramos frente a una niñez que sufre experiencias adversas, desde mínimas hasta extremas, las que tienen un impacto en la vida adulta, afectando física, emocional, mental y económicamente a quien lo ha sufrido, así como también, afecta a aquellos con quienes se relaciona.

Piense en personas que tienen comportamientos riesgosos, sea consumo de drogas, violencia, depresión, etc., y encontrará que en general tienen antecedentes de maltrato, abuso y diversas formas de violencia en su niñez.

Un estudio del Sycamore Institute, sobre el impacto económico de las experiencias adversas de la niñez en Tennessee, Estados Unidos de Norteamérica, muestra un costo aproximado de US$5.2 Billones en gastos médicos directos y pérdidas en productividad por ausentismo laboral durante el año 2017. Esto nos da una imagen del alto costo de la violencia y la importancia de prevenirla en las etapas tempranas de la vida humana.

Lo que hacemos

World Vision impulsa una metodología llamada “Crianza con Ternura”, que busca cambiar los patrones de crianza tradicionales en las familias que incluyen la violencia como medio para disciplinar a los niños; propone cultivar relaciones de amor que afirman la autoestima y acompañan a los niños en su desarrollo, fortaleciendo su capacidad de resiliencia.

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— World Vision Nicaragua (@WorldVisionNic) December 18, 2018

Creemos en el valor de la familia y estamos comprometidos a impulsar iniciativas que la fortalezcan, para ello, buscamos unirnos con personas e instituciones que compartan esa preocupación, para que, en conjunto, tomemos acciones para avanzar en la conformación de familias, comunidades y un país protector que vele por el bienestar integral de su niñez, que es su presente y futuro.

¿Usted, se suma al reto?

Este artículo se publica en el marco del Día Internacional de las Familias que se celebra el 15 de mayo de cada año para crear conciencia sobre el papel fundamental de las familias en la educación de los hijos desde la primera infancia, y las oportunidades de aprendizaje permanente que existen para los niños y las niñas y los jóvenes.