Soy Lizmar, tengo 14 años y soy la segunda de tres hermanos. Vivo con mi madre y mi hermano menor en una casa campamento en una finca cafetalera de Matagalpa, Nicaragua.

Para las niñas y niños de mi comunidad el futuro no es muy prometedor. La pobreza es muy grande y muchas veces debemos dejar los estudios para irnos a los cortes de café, para nosotros es un deber ayudar a nuestros padres a ganar un poco más de dinero.

Recuerdo que mi mami siempre me llevaba a los cortes y tenía que dejar la escuela porque no podía quedarme sola y, como era pequeña, mis manos y estatura me permitían cortar más fácil los granos de café. Mi hermano mayor abandonó definitivamente los estudios a los ocho años; ahora tiene 22 y cuenta con segundo grado de primaria aprobado.

Los cortes de café no son para niñas y niños; son muy peligrosos. Estamos expuestos a piquetes de culebras, alacranes o algo que nos puedan hacer los adultos.

Desde que vino Puentes Educativos en 2010 no volví a faltar a clases por ir a los cortes de café y me siento muy feliz porque mi hermanito –de seis años– nunca ha ido ni irá a los cortes porque mientras mi mami se va, él se queda seguro en el pre-escolar de Puentes.

En Puentes Educativos he aprendido a leer y redactar cuentos, a ser dinámica y ayudar a los profesores. He escrito cuatro cuentos y me gusta escribir porque así uno se va despejando la mente. También, he aprendido a hacer manualidades con materiales reciclados.

Yo me siento muy agradecida con Dios porque este proyecto fue una bendición para mi vida y para las niñas y niños que vivimos aquí; con el apoyo escolar, la compañía y los espacios seguiros que nos facilitan, hoy puedo decir que soy la primera en la historia de las generaciones de mi familia en haber terminado la primaria.

Actualmente curso segundo año de secundaria y me estoy esforzando porque sueño con estudiar la carrera de medicina y ser doctora. Esa es la carrera que quiero. Y sé que para lograrlo debo seguir adelante, debo seguir estudiando y ponerle mente a las clases.

Puentes Educativos, es un proyecto que World Vision Nicaragua junto al Ministerio Federal de Cooperación Económica y Desarrollo de Alemania y con el apoyo del Ministerio de Educación y dueños de fincas cafetales, ejecutan en el municipio de San Ramón, Matagalpa.

Con el proyecto, se habilita dentro de las fincas una escuela donde niñas y niños de seis a catorce años, asisten diariamente para evitar que se vayan con sus padres a los cortes de café; aportando de esta forma, a la erradicación del trabajo infantil. En este espacio, se les da un seguimiento académico que les permita la reinserción al año escolar siguiente, porque la niñez que asiste a la zafra pierde casi tres meses de escuela.

Desde el 2017 a la fecha, el proyecto ha alcanzado a más de mil niñas y niños en cinco fincas de San Ramón, Matagalpa y les han incorporado a clubes de lectura donde se fomenta la animación lectora. Asimismo, más de 500 madres, padres y adolescentes han participado en sesiones de sensibilización sobre el derecho a la protección, educación de la niñez y derechos laborales.