La seguridad de Mayerling impresiona a cualquiera que la escucha hablar. Es una adolescente de 17 años, morena, de cabello negro y abundante. Es una lideresa nata y gracias a la gran bondad de su alma, se constituye como una protagonista del cambio comunitario en su natal León.

Hace 6 años, ingresó a la Red “Uniendo Voces Protagonistas del Cambio”, red de voluntariado comunitario que World Vision Nicaragua conforma en las localidades donde tiene presencia.

“Ser parte de la red ha sido una experiencia única. Me ha enseñado mucho y me ha dejado un legado muy bonito. He aprendido sobre mis derechos, a fortalecerme como lideresa en la comunidad y a expresar lo que pienso y siento. Para mí ser miembro de la red y trabajar como voluntaria es un orgullo”, asegura.

Mayerling ha mostrado su habilidad para aportar a la transformación social. En las diversas actividades en las que ha participado demuestra que el miedo a las multitudes es algo que no conoce. Le basta apropiarse de un tema para ser una capacitadora excelente y lucha en contra de todo aquello que lastima y violenta los derechos de las niñas, niños y adolescentes más vulnerables.

“Las experiencias más bonitas que he vivido en el voluntariado han sido como promotora de las campañas impulsadas por World Vision Nicaragua, como Alto al Hambre, Uso mi voz contra el maltrato infantil y la actual campaña: Necesitamos a todo el mundo para eliminar la violencia contra la niñez”, comparte.

En la Red “Uniendo Voces Protagonistas del Cambio”, ella ha sido capacitada en diversos temas sociales como: prevención de violencia, derechos de la niñez y adolescencia, tierna protección y vocería.

“He aprendido sobre la prevención de la violencia, un problema que afecta la vida de muchos niños, niñas y adolescentes en Nicaragua y el mundo. En nuestro país los chavalos y chavalas tenemos la oportunidad de organizarnos y tener el apoyo de organizaciones como World Vision. En otros lugares no existe esa oportunidad, porque la niñez y adolescencia no es tomada en cuenta y creo que debe ser muy difícil ver, escuchar y no poder hacer nada para erradicar o prevenir la violencia”, expresa.

Eliminar la violencia contra la niñez es uno de los objetivos que persigue Mayerling, para ella, es inconcebible vivir en una sociedad que apruebe diversas formas de violencia contra la niñez.

“Mis mayores motivaciones para organizarme y participar en la red han sido las necesidades que enfrentamos en la vida diaria, la violencia que sufre la niñez y que no se debería seguir dando, porque los niños, niñas y adolescentes tenemos derechos y estos deben ser respetados. Todos los niños y niñas deben ser tratados con cariño, amor y respeto, ser protegidos contra la violencia y vivir felices en sus familias y comunidades”, explica.

Con su participación y liderazgo comunitario, comparte sus conocimientos con adolescentes, jóvenes y adultos de su comunidad, para ella, no hay nada que la detenga en ser protagonista del cambio en su localidad.

“He aprendido a usar mi voz contra el maltrato infantil, a decir que no tengo miedo de hablar para prevenir la violencia contra la niñez… soy la protagonista del cambio en mi vida y en mi comunidad.  Creo que la ternura genera ternura, si respetamos, cuidamos y defendemos a la niñez de toda forma de violencia, el mundo va a cambiar y va a ser mejor”, afirma triunfante Mayerling.