Por Leonardo Velásquez
El 20 de noviembre es el Día Universal del Niño desde 1954, pero también es el aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos del Niño, en 1959. Además, es el día en el que se aprobó la Convención de los Derechos del Niño (CDN), en 1989, el tratado más Universal de todos los tratados.
La Convención sobre los Derechos del Niño establece una serie de derechos, incluidos los relacionados a la vida, a la salud, a la educación y a jugar, así como el derecho a la vida familiar, a estar protegidos de la violencia, a no ser discriminados y a que se escuchen sus opiniones.
Para World Vision, todos los días es el día del niño, todos los días miles de personas desarrollan programas y proyectos en las comunidades de más de 99 países en el mundo y 14 de estos en América Latina y el Caribe. Todos los días vemos sonrisas de niños y niñas, familias y comunidades celebrar su desarrollo, progreso y acercarse a la visión que mueve a esta organización, la vida en plenitud para cada niño y niña.
Pero a pesar de todos los esfuerzos de esta y muchas otras organizaciones e individuos, queda mucho camino por recorrer para que todos los niños y niñas en el mundo celebren su día a día. 385 millones de niños viven en la pobreza extrema, 264 millones no están escolarizados y 5,6 millones de niños menores de cinco años murieron el año pasado por causas que podían haberse prevenido[1]. Es por esto que además de celebrar el día Universal del Niño, es importante estar conscientes y pensar: ¿Qué nos hace falta? ¿Cómo podemos contribuir a mejorar las condiciones de cada niño y niña? ¿Qué estoy haciendo o dejando de hacer para que esto se cumpla?
Al celebrar este día y pensar en estas preguntas y buscar soluciones para responderlas, estamos reconociendo que es responsabilidad de todos y todas mejorar la vida de los niños y niñas del planeta, y entre la principal urgencia está eliminar la violencia contra la niñez. Los maestros, doctores, políticos, periodistas, políticos, padres de familia, la iglesia, la empresa privada y toda la sociedad en su totalidad tenemos esa responsabilidad, de generar un mundo mejor para los niños y niñas que son el futuro de la sociedad, pero un futuro que sin un presente que cuide y proteja sus derechos, no llegará para muchos de ellos.
[1] Datos UNICEF
El autor es Director de Advocacy de World Vision Latinoamérica y El Caribe